EL
GATITO
DE 3-6 MESES
Boromir de Miraval, de 3-6 meses
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Esta etapa comienza a la edad en la que un criador responsable puede empezar a pensar ya en entregar al gatito a su nuevo dueño: las 12 semanas. Nunca debemos forzar al gatito a abandonar a su madre antes de los 3 meses, porque hasta ese momento no ha adquirido la independencia y socialización necesarias para integrarse en una nueva familia, humana y/o felina. Personalmente, preferimos que el gatito no se vaya a su nueva casa antes de las 14-16 semanas. También a las 12 semanas será cuando reciba la primera dosis de vacuna Trivalente, según nuestro protocolo de vacunación. Recordemos que, aproximadamente una semana antes de las vacunaciones, el gatito (al igual que el gato adulto) deberá ser desparasitado; recomendamos ya a los tres meses una primera dosis de Drontal (Bayer) o de Milbemax (Novartis), efectivos ambos incluso contra tenias, aunque cualquier otro producto vermífugo (Canex, Flubenol, Thelmin, etc) será aceptable. Por lo tanto, es a los tres meses cuando el gatito dejará el que hasta entonces ha sido su único hogar para conocer otro mundo, otra casa, otros humanos y, probablemente, también otros gatos o incluso perros, hurones, cobayas, canarios, loros, peces... un nuevo universo que implicará un rápido proceso de adaptación. Es en este apartado, y en los siguientes, donde aprovecharemos para proporcionar al nuevo dueño de nuestro gatito una serie de consejos que les ayudarán a ambos a conseguir esa adaptación mutua. A lo largo de estos años como criadora, me he encontrado siempre con la necesidad de responder a las mismas preguntas: ¿dónde hará sus necesidades el gatito? ¿qué le doy para comer? ¿dónde duerme? ¿tengo que bañarle? ¿se dejará cortar las uñas? ¿cuándo tengo que llevarle al veterinario? Bien, pues estas son mis respuestas: EL W.C. FELINO El gato es un animal muy limpio por naturaleza. A los tres meses, sus hábitos higiénicos son similares a los de un gato adulto. Sólo hemos de proporcionarle una bandeja de plástico, abierta o cerrada, con o sin puerta, y un lecho de sepiolita (arena) limpia, que removeremos diariamente una o dos veces para extraer las heces y orines allí depositados. Actualmente, existe una gran variedad de bandejas para gatos. Yo les acostumbro a usar tanto las abiertas como las cerradas, con y sin puerta. Estas últimas incorporan unos filtros de carbono que eliminan gran parte de los olores. Recomendamos echar una ojeada a
PET.CO: En cuanto al lecho, también podemos encontrar una variadísima oferta en el mercado: sepiolita (piedrecitas) con o sin perfumar, arena aglomerante, perlas, etc. Cualquiera puede servir, por lo general los gatos lo aceptan sin problema, con la única condición de que extrememos la higiene y mantengamos siempre su arenero limpio. ¡Muchos comportamientos antihigiénicos de los gatos se deben a la negligencia de sus dueños, no lo olvidemos! UN GATO NO PUEDE SER LIMPIO SI SU DUEÑO NO LO ES. SET BÁSICO DE HIGIENE DE NUESTRO GATITO El gato Angora Turco no requiere excesivos cuidados, por ello, para nuestro gatito recién llegado sólo necesitaremos:
Eventualmente, también una
carda
o un cepillo de goma para liberar de pelo muerto el manto del gato
En el caso de los gatitos de compañía que no irán nunca de exposición ni saldrán de una casa segura, protegida y cerrada (outdoor), recomiendaría no bañarlos, salvo que sea imprescindible porque el gatito se haya manchado y no se le pueda lavar con champú seco o talco. Conviene preparar muy bien "el escenario": hemos de disponer de forma ordenada y a mano una toalla grande (mejor si es vieja y áspera, porque absorberá mejor la humedad del cuerpo del gatito cuando le saquemos, empapado); un secador, ya enchufado y listo para arrancar a la mínima potencia y a temperatura media; cepillo y peine. La mezcla diluida de champú + agua, en un recipiente. En el baño debe crearse un clima agradable, cálido, tranquilo. La temperatura del agua no sobrepasará los 38-39ºC. Antes de sumergir al gato en la bañera (nunca llena, sólo con la cantidad de agua suficiente para llegar a la mitad del cuerpo del gatito) aconsejo cortarle las uñas y peinar y cepillarle el pelo, para desenredarlo y airearlo, de modo que el champú penetre mejor en el manto. El modo más apropiado de sumergir al gato es sujetándole con fuerza por la nuca y por los cuartos traseros, realizando la "inmersión" de forma rápida, sin titubeos, para no darle tiempo a reaccionar. Una vez se sienta en el agua, se quedará paralizado por la sorpresa un instante, que aprovecharemos para ir remojando su cabeza, la cola y las partes de su cuerpo que no hayan quedado sumergidas en el agua, procediendo a continuación a enjabonarle con cuidado de que no le entre jabón en ojos, boca y oídos. Nunca dejemos de sujetar con fuerza el cuerpo del gato, ejerciendo presión sobre la nuca y su espalda. Hay que ser cuidadoso con el aclarado, pues de él dependerá el 90% del éxito de nuestro baño, no dejando restos de jabón que le darían al pelo del gato después un aspecto apagado y lacio. Insistamos, pues, todo lo necesario, aunque el gato proteste, y finalicemos con la ducha de teléfono, que nos asegurará un aclarado casi perfecto (y digo casi, porque el éxito del baño depende más de la actitud de nuestro gato que de nosotros mismos). Lo más importante es que se acostumbre poco a poco a recibir un baño y que llegue a verlo como una experiencia no traumática.
Para secar el pelo de un Angora Turco, basta
frotarlo enérgicamente con una vieja toalla muy seca,
incluso caliente (déjala en un radiador mientras bañas al gatito). Después
péinalo y cepíllalo suavemente. Si hace falta, seca su vientre y las zonas
más delicadas con el aire tibio/caliente del secador, o lleva al gato al
lugar de la casa más caliente, donde él pueda atusarse tranquilo y
completar la sesión de belleza.
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